Vivir los Evangelios


«LOS EVANGELIOS NO SON UNA DOCTRINA, SINO LA FORMA DE LA VIDA CRISTIANA»

El mayor error es pensar que el Evangelio sea una doctrina que debe conocerse, estudiarse y proclamarse para su difusión, pero, con esta idea, todo sigue siendo letra muerta, solo una teoría.

Es un poco como estudiar matemáticas pero luego no usarlas para hacer la vida más fácil, o estudiar medicina pero luego no aplicarlas para curarnos.
O aún estudiar un idioma extranjero pero no hablarlo para comunicarse con quien lo habla.
Parece que nuestra vida física viaje en un carril y aquella espiritual en uno paralelo, obviamente, estos dos carriles nunca se encontrarán.
Conocer el Evangelio significa conocer a Dios y cuanto más lo conocemos a El, más conocemos al hombre y, por lo tanto, a nosotros mismos, a nuestros errores, a nuestras debilidades y a nuestras limitaciones.

En todos los campos, el conocimiento es poder, por lo tanto, conocernos nos da la oportunidad de corregir el rumbo de nuestra vida.
Si de repente nos damos cuenta de que estamos viajando por un camino sin salida o que nos aleja de nuestro destino, definitivamente regresaríamos para encontrar el camino correcto.
Entonces la pregunta es: «¿Por qué no nos preocupamos por saber si humanamente estamos actuando de la forma correcta»?
El hecho es que nadie puede decirnos si estamos en lo correcto, a parte la Palabra de Dios que nos ilumina a este respecto.

Por lo tanto, es necesario conocer las enseñanzas evangélicas de manera práctica para que las dos vías en las que fluye nuestra existencia puedan unirse para poder aprender a vivir una vida libre de los errores que la hacen miserable y agotadora.